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Figueras, la mejor obra de Salvador Dalí

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Salvador Dalí era un genio y si alguien tenía duda de ello. El propio aludido se encargaba de recodárselo personalmente. Supongo que no entendía la necesidad de guardar humildad y modestia cuando se sabía poseedor de un talento natural para destacar sobre los demás y pasar a formar parte de la historia.

Figueras

Dalí era conocedor de su genialidad y por eso se permitía el lujo de ser todo lo transgresor que quisiera. A pesar de vivir en una dictadura que imponía rectas conductas morales. ¡Quien iba a molestar a un genio de talla mundial que vivía refugiado en una esquinita de España!

Allí donde casi termina España, en una esquinita de la provincia de Girona, se encuentran las dos ciudades que guardan los secretos de la vida de Salvador Dalí: Cadaqués su retiro vacacional y Figueras su ciudad natal y hogar.

Figueras es la última gran ciudad que hay antes de llegar a Francia. Desde Barcelona salen continuamente trenes que en menos de dos horas te dejan en la estación, donde ya tienes las primeras señales indicando que Dalí nació allí.

En la misma estación dispones de información turística de Figueras. Aunque lo que realmente busca la gente es el Teatro-Museo Dalí. No hay pérdida. Desde que pones un pie en Figueras señales y flechas te van indicando el camino para que no te pierdas, no vaya a ser que en un descuido acabes conociendo otras zonas de esta bella ciudad.

Cuando llegas al Teatro-Museo Dalí sorprenden dos cosas. Lo primero es el propio edificio. Todo el mundo ha visto esa colección de huevos gigantes sobre las cornisas en fotos. Pero verlo en vivo impresiona porque descubres que es verdad que el edificio existe. La segunda sorpresa es la enorme cola que encuentras ante la entrada. Al igual que tú, cientos de personas decidieron ese día que querían viajar a Figueras para conocer el universo de Salvador Dalí. No te asustes, el flujo de entrada de visitantes es muy alto, por lo que la espera no se hace tan larga.

Pocos hombres universales sintieron tanto su ciudad natal como Salvador Dalí por Figueras. Allí nació, vivió y por expreso deseo, allí quiso morir y ser enterrado. Una persona de semejante genialidad no podía llevar a cabo su descanso eterno en un cementerio convencional metido en un panteón con cruces y angelotes. Su figura inmortal no cabría en esos espacios. Dalí dedicó una buena parte de sus últimos años de vida a crear un museo-mausoleo en su amado Figueras, rodeado de su universo de sueños y fantasías. Sólo así entendía que podía tener un descanso eterno a la altura de su genialidad.

De hecho, convengo en avisar a los que viajen a Figueras, que en el Teatro-Museo Dalí se encuentra a tumba que guardan sus restos mortales y cuando estéis leyendo el nombre de Salvador Dalí i Domenech en la lápida sabréis que estáis ante uno de los grandes genios universales por la reacción que llegará a vuestra piel y el encrespado de sus pelos.

Por la manera de vivir su época, la obra artística y el legado transmitido a la ciudad de  Figueras, considero a Salvador Dalí uno de los 7 españoles que han cambiado el mundo.

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