La Isla de Holbox (Quintana Roo) no era desconocida para mi. A pesar de lo pequeña y poco poblada que es, son muchas las referencias que ya tenía. Ser uno de los destinos del Caribe mexicano más populares entre los viajeros independientes.
La isla es famosa sobre todo por el Tiburón Ballena, el enorme cetáceo que sube a la superficie y se acerca a la costa para alimentarse de plácton. Holbox ha hecho de este inmenso animal su mayor reclamo turístico… que puede perder. Sí, las ganas descontroladas por hacer negocio a costa del Tiburón Ballena ha hecho que estén dejando de acercarse a las aguas de Holbox por el acoso al que los miles de turistas le someten.
Pero Holbox no necesita al Tiburón Ballena, por eso quien escribe este artículo vendrá todas las veces que pueda a este paraíso manteniéndose alejado del cetáceo para respetar su derecho a vivir tranquilo. Volveré porque este pequeño pueblo de pescadores es simplemente encantador.
Volveré a Holbox para disfrutar de sus playas paradisiacas. Conocer su ambiente hyppie y mochilero, de su reserva natural, de sus luminiscencias, de sus flamencos y pelícanos. Saludar a los últimos pescadores que aún mantienen la tradición a pesar de la tentación del turismo.
Y volveré todos los febreros que pueda a disfrutar de una de los momentos más esperados por los 2000 habitantes de Holbox. Los vecinos de verdad. Los nacidos y criados en la isla. El Carnaval de Holbox.
La cuaresma arranca en este pequeño rincón de México con un carnaval de 5 días que el pueblo entero prepara durante semanas. Las calles se engalanan. Los niños, padres y abuelos preparan las comparsas. Los trajes de mayas y aztecas que lucirán, llenan aún con más color las calles, enloquecen cada noche e la plaza central con los conciertos diarios y celebran la fiesta mas festiva y mas suya; El Carnaval de Holbox.