Australia es un país que fascina a todo viajero. Quien lo ha visitado vuelve encantado, salvo el autor de este artículo quien considera que Australia no vale la pena visitarla.
Antes de empezar a desmitificar este país voy a presentar credenciales. Recorrí varios estados de Australia durante tres meses. Visité grandes ciudades, pueblos pequeños, costa y espacios naturales. Hice mis road trips y amigos locales que lo serán para toda la vida.
No encontré ninguna de las diez especies más mortíferas del mundo que allí habitan y pude jugar con canguros en libertad y koalas en un centro de recuperación. Esto es, hice (casi) todo lo que Australia ofrece y pienso que no valió tanto la pena.
La ecuación que justifica esta postura es la de Coste/Beneficios: el esfuerzo que hay que hacer para ir a Australia no compensa con lo que vas a encontrar allí.
.
COSTE
Llegar
Entre la Puerta del Sol de Madrid y la Opera House de Sidney hay 17.644’6 kilómetros. Para llegar se necesitan unas 24 horas de avión con una obligatoria conexión entre medias. Aparte para poder entrar en el país se precisa visado y seguro con cobertura médica.
Esto implica que desde que sales de tu casa en España hasta que llegas a algún aeropuerto de Australia has tenido que invertir unas 30 horas de tiempo y has hecho un gasto mínimo de unos 1.200€ sólo para poner un pié en Oceanía.
Estar
Incluso los viajeros mochileros más low cost cuando viajan a otros países tienen la costumbre de dormir bajo techo, ingerir alimento y desplazarse. Pasé varias semanas en Sidney y un buen amigo que vivía en un barrio de estudiantes me dijo que una compañera de piso estaba de vacaciones y que podían alquilarme su habitación a precio reducido.
El precio amigo de una habitación en un piso de estudiantes en Sydney son 300 dólares australianos a la semana, lo que equivale a unos 800€ al mes. A partir de este dato, se puede calcular el coste de vida.
No tardé mucho en darme cuenta que sólo estar en Australia cubriendo gastos básicos supondría más de 1000€ al mes, por lo que empecé a mentalizarme que mi dieta iba a estar sustentada en sopas chinas y noodles. Aparte me podía ir olvidando de hacer actividades como escalar el Harbour Bridge, clases de surf o inmersiones de buceo.
.
BENEFICIOS
Está claro que el coste de ir, ver y vencer en Australia es altísimo, pero todo puede compensarse con lo que el país ofrece al visitante.
Legado histórico
Hay constancia de presencia de aborigen desde hace miles de años. Se organizaban en pequeños grupos nómadas que nunca llegaron a desarrollar una civilización por lo que no hay patrimonio histórico salvo vestigios rupestres muy aislados.
Cultura
Como ex-colonia y ex-prisión británica vais a encontrar pura cultura occidental anglosajona. El único choque cultural que podéis encontrar es si cruzáis la calle sin mirar al lado izquierdo, por donde suelen venir los coches (marca Subaru en su mayoría) a gran velocidad.
Ciudades
Las ciudades son urbes modernas cuya parte más antigua son edificios neoclásicos, neogóticos y victorianos que se inspiran (por no decir copian) obras originales de Gran Bretaña, por lo que no busquéis conjuntos históricos de gran belleza y armonía. No los hay.
Movilidad
Moverse dentro de las ciudades es complicado ya que no existe metro y al estar el uso del coche tan extendido el transporte público cumple lo estrictamente necesario. Aparte muchas de las ciudades crecieron en torno a bahías y desembocaduras llenas de entradas y salidas de agua, por lo que hay que dar interminables rodeos para ir de un barrio a otro. En Sidney puedes tardar dos horas de transporte público y varios transbordos para cubrir una distancia en linea recta de diez kilómetros.
Los road trips por la geografía australiana son una gran experiencia que requiere muchas horas de conducción, ya que las distancias en este país son exponenciales y para recorrerlas se necesita llenar muchas veces el depósito de gasolina.
Iconos australianos
La Opera House de Sidney es el único del que puedo hablar con conocimiento de causa. Si este icono australiano estuviera en España, Italia, Alemania o Francia sería un interesante edificio singular, pero lejos de compararse con las catedrales, coliseos y conjuntos monumentales de cualquier país europeo.
Tenía planificado viajar a Ayers Rock el famoso montículo en medio del desierto, pero conocí muchos viajeros que me dijeron que estaba muy explotada turísticamente y que valía la pena únicamente si había un buen atardecer que potenciara los tonos rojos de la roca. No fue el caso de estos viajeros que se encontraron días nublados. Opté ahorrarme el elevado coste de ir a verla en aras a poder seguir durmiendo bajo techo un par de semanas más.
Lamentablemente el presupuesto me impidió disfrutar de la Gran Barrera de Coral, esta maravilla natural de la que todo el mundo habla con admiración.
Naturaleza y costas
Los espacios naturales y las playas son otros de los grandes atractivos del país. Magníficos parajes vírgenes, pero no únicos y exclusivos. Nada que no puedas encontrar en la mayoría de países y bajo mi punto de vista por debajo de lo que te ofrece Nueva Zelanda.
Gastronomía
Posiblemente en Australia encontremos la mayor aglomeración de restaurantes asiáticos del mundo. No hay país asiático sin su restaurante en las calles principales de cada barrio. Siempre podemos encontrar donde comer una hamburguesa o pizza de canguro, emú e incluso de cocodrilo, pero son más bien platos exóticos para dar gusto a turistas. Es justo mencionar que los australianos comen muy variado, valoran mucho la buena alimentación y apuestan por los productos ecológicos.
.
CONCLUSIÓN
Australia es perfecta para vivir. Tiene pleno empleo, estado del bienestar de un país nórdico, clima mediterráneo, mucha seguridad y gente muy amable. Aún así, no considero que sea un destino interesante para viajar.
A pesar de llevar un presupuesto abultado, en los tres meses que allí pasé me vi obligado a renunciar a muchas actividades interesantes por su alto precio. La cultura era totalmente occidental. Salvo koalas y canguros, no encontré nada único y exclusivo que justificara el esfuerzo y gasto que hice.
Con el dinero que invertí en este viaje pude haber recorrido durante un año Asia o América Latina. Sin privarme de nada y enriqueciéndome con culturas diferentes en cada país.
A pesar de todo lo dicho no me arrepiento de haber hecho este viaje. Australia estaba en mi lista y se presentó esta oportunidad. Por lo que a mí respecta, no veo motivos para regresar y cuando la gente me pregunta siempre digo si lo que quieres es trabajar y vivir, Australia es el mejor país del mundo. Pero si es para viajar, no estoy seguro si vale la pena.